La toxina botulínica o bótox es una proteína natural purificada cuya finalidad es bloquear la conexión neuromuscular, consiguiendo así una relajación temporal de los músculos faciales tratados y, con ello, una piel lisa y tersa. Con este tratamiento de medicina estética facial se logra provocar un efecto lífting, un rostro relajado sin perder naturalidad, expresividad ni armonía facial.
La toxina botulínica tipo A, en forma diluida, ofrece uno de los mejores resultados a la hora de eliminar arrugas y se ha convertido en las últimas décadas en uno de los tratamientos estéticos más comunes.